martes, 27 de marzo de 2012

CARTA DE RECLAMACIONES, Raúl Vacas


CARTA DE RECLAMACIONES
        
Para tu amor no hay sábanas ni heridas,
ni sombras que se mueran con el mido
Para tu amor no hay húmedo vestido
ni salamandras distraídas
        
Para tu amor no hay letras contenidas,
no hay vencedor ni habrá nunca vencido
para tu amor no hay lúbrico gemido
que junte en una sola nuestras vidas
        
Para tu amor no hay fábricas de sueños,
No hay estación de frío y macedonia
no hay mapas de cristal ni ojos isleños
        
Para tu amor no hay nubes de colonia,
No hay lágrimas metálicas, no hay dueños
Para tu amor no hay mar, querida Sonia.

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   Este poema es simplemente una reclamación al amor egoísta e injusto de Sonia. Usando estas figuras retóricas, Raúl Vacas convierte una simple reclamación en un poema, lo que lo hace más bello. En resumen: transforma una carta de reclamación (cristal) en un ejemplo de lenguaje literario (vidriera), en el que importa la manera en la que se presenta el mensaje más que propio mensaje.        
        
  1. Anáfora: repite la estructura sintáctica “Para tu amor no hay” al principio de los versos 1, 3, 5, 7, 9, 12, 14, para recalcar lo que no hay para su amor. 
  2. Anáfora: Las conjunciones copulativas no y ni al principio de la mayoría de los versos. Repite el “no hay” y la conjunción copulativa “ni” y la oración "para tu amor no hay".
  3. Paralelismo: repite casi la misma estructura oracional en los versos 3, 7, 9 y 12.
  4. Personificación: Atribuye cualidades humanas a un objeto sombras que se mueran. Las sombras no se pueden morir.
  5. Metáforas: Identifica a los mapas con el cristal y a las lágrimas con el metal.

        Irene García Pizarro [1ºA]

jueves, 15 de marzo de 2012

INSTRUCCIONES PARA LLORAR, Julio Cortázar




INSTRUCCIONES PARA LLORAR

   Instrucciones para llorar. Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará  con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
JULIO CORTÁZAR, Historias de cronopios y de famas, Edhasa, Barcelona, 2007 (1962).
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martes, 6 de marzo de 2012

[ERES ALTA Y DELGADA...], María Elena Walsh & Leda Valladares


MARÍA ELENA WALSH & LEDA VALLADARES, Canciones del tiempo de Maricastaña, Disc Jockey, 1958.



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Eres alta y delgada
como tu madre,
morená saladá,
como tu madre.
Bendita sea la rama
que al tronco salé,
morená saladá,
que al tronco sale.

Toda la noche paso,
niña, pensando en ti.
Yo de amores me muero
desde que te vi,
morená saladá,
desde que te vi.

Eres como la rosa
de Alejandriá,
morená saladá,
de Alejandriá,
colorada de noche,
blanca de día,
morená saladá,
blanca de día.

 

ENCUENTROS EN LA TERCERA FRASE

Ellos eran altos y rubios como la cerveza.
Ellas altas y delgadas como sus madres morenas.
Un día de otoño se encontraron. Se amaron.

lunes, 5 de marzo de 2012

TATUAJE, Rocío Jurado


TATUAJE

Él vino en un barco, de nombre extranjero
lo encontré en el puerto un anochecer,
cuando el blanco faro sobre los veleros
su beso de plata dejaba caer.

Era hermoso y rubio como la cerveza,
el pecho tatuado con un corazón,
en su voz amarga, había la tristeza
doliente y cansada del bandoneón.

Y ante dos copas de aguardiente
sobre el manchado mostrador,
él fue contándome entre dientes
la vieja historia de su amor.

Mira mi brazo tatuado
con este nombre de mujer,
es el recuerdo de un pasado
que nunca más ha de volver.

Ella me quiso y me ha olvidado,
en cambio, yo, no la olvidé
y para siempre voy marcado
con este nombre de mujer.

Él se fue una tarde, con rumbo ignorado,
en el mismo barco que la conoció
pero entre sus labios, se dejó olvidado,
el beso de amante, que la enveneno.

Errante lo busca por todos los puertos,
a los marineros pregunta por él,
y nadie le dice, si esta vivo o muerto
y sigue en su duda buscándolo fiel.

Y va sangrando lentamente
de mostrador en mostrador,
ante una copa de aguardiente
donde se ahoga su dolor.

Mira su nombre tatuado
en la caricia de mi piel,
a fuego lento lo he marcado
y para siempre iré con él.

Quizá ya tú, me has olvidado
en cambio, yo, no té olvidé,
y hasta que no te haya encontrado
sin descansar te buscaré.

Rafael de León [letra] & Manuel Quiroga [música]




ENCUENTROS EN LA TERCERA FRASE

Ellos eran altos y rubios como la cerveza.
Ellas altas y delgadas como sus madres morenas.
Un día de otoño se encontraron. Se amaron.

jueves, 1 de marzo de 2012

ENCUENTROS EN LA TERCERA FRASE, Raúl Vacas

STEVEN SPIELBERG, Encuentros en la tercera fase, EE.UU., 1977, 132 minutos.


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ENCUENTROS EN LA TERCERA FRASE

Ellos eran altos y rubios como la cerveza.
Ellas altas y delgadas como sus madres morenas.
Un día de otoño se encontraron. Se amaron.


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   Frases hechas, frases que se rompen para conseguir efectos mágicos. 
En este pequeño poema, que no espera cola, encontramos tres referencias a obras previas:
   La magia del poema sólo se percibe si atendemos al humor de Raúl Vacas al trivializar: un trascendente contacto interplanetario se convierte aquí en un risible ligoteo terrenal; la relación entre humanos y extraterrestres, en un intercambio entre unos nórdicos y unas raciales morenas españolas, a las que, por cierto, les bastan tres frases para que surja el flechazo.
   ¡Qué prisas se da el amor... en esas galaxias!